Siempre se ha dicho que el calor es un factor externo que quita el apetito. Sudamos, nos sentimos incómodos… no tenemos ganas de comer como si no hubiera un mañana. Por otro lado, los resfriados se suelen combatir con platos pesados y calientes, ¿qué significa esto?
En el verano, la gente se pone a dieta. Claro que por muchas razones, pero la principal es que tenemos prisa por ponernos un bañador/bikini y sabemos que con unos kilos menos nos vemos mejor en el espejo. Todo está escrito sobre dietas.
Lo que no sabíamos hasta ahora es que el aire acondicionado, la herramienta definitiva para sobrevivir a la ola de calor que azota España, puede afectar a nuestro peso. Al menos eso es lo que creen algunos investigadores que han estudiado este tema.
¿Puede el aire central inflar neumáticos de repuesto en todo el país? En un estudio publicado el verano pasado en International Journal of Obesity, sugiere que el aire acondicionado y otros factores pueden desempeñar un papel sorprendentemente importante en el aumento de la obesidad.
Los profesionales de la salud y los medios de comunicación han estado haciendo esto durante años. centrado en la comida rápida y la reducción de la actividad física como las principales causas del creciente problema de la obesidad (en los EE.UU.) sociedad, excluyendo otras influencias importantes.
Allison, quien dirigió el estudio, señala que si bien es probable que estos factores hayan contribuido al aumento de la obesidad durante décadas, gran parte de la evidencia es circunstancial. Y aunque no descarta la importancia de los dos grandes, favorece la consideración de 10 casos adicionales.
Uno de los factores más intrigantes enumerados en el estudio es la “reducción de las fluctuaciones de la temperatura ambiente”.. El uso generalizado de calefacción central y aire acondicionado significa que la mayoría de los hogares y oficinas se mantienen a una temperatura relativamente constante durante todo el año.
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El grupo de Allison encontró evidencia de esto esto hace que el cuerpo use menos energía porque no tiene que trabajar para calentarse o enfriarse, lo que puede conducir a un aumento de las reservas de grasa.
En el sur de los Estados Unidos, donde las tasas de obesidad son las más altas del país, el número de viviendas con aire acondicionado central aumentó del 37% al 70% entre 1978 y 1990.
De esta forma, si ves que no pueden adelgazar y el aire acondicionado de tu casa está siempre encendido, intenta apagarlo de vez en cuando y afrontar la temperatura real que nos regala la naturaleza. O al menos eso es lo que piensa la Dra. Allison.
